A Belu y Diego
Hay en el silencio cuerdas que vibrando
abren espacios y enternecen cielos
y van a lo escondido que en cautela guarda
esa lumbre futura.
Helado el aire de este invierno helado,
pero tibieza extrema en el rancho viejo
donde todos los pensares llevan
a esa casa escondida.
Está escondida hoy en los deseos que aman
y estará escondida un día, ya fundada,
tras el montecito cerril y muy cerquita
de la acequia y de su encanto.
Allí está, La Escondida, y brilla y en su brillo
alza el corazón y aventa los pesares
como un gigante nido que en calor y sombras
será el dueño de los sueños.
De mi libro “Del ser de mi existencia”. 2018 ISBN 978-987-4004-71-0