TODO UN COMIENZO
Se trata de una historia de amor
con un extraño final feliz.
La extrañeza radica en eso, precisamente,
en que la felicidad no se rompe
en ningún momento, y el gozo
es puro gozo a partir del instante
en que se ponen de acuerdo
en seguir juntos lo que queda del día:
“–Sí, ahora ya estoy aquí.
Ya estoy dispuesta”. Es lo que dice la chica,
la dama, con una resolución muy firme
aunque también muy alegre,
y en una pose algo más que receptiva.
Más parecida a la decisión del general
que resuelve no esquivar el combate
a pesar de las circunstancias,
desfavorables,
porque confía en su dotes de estratega.
Más parecida a la determinación del abogado
que decide seguir con el caso
a pesar de que todo, todo
parece ir en contra
de la inocencia del cliente homicida.
Solo pequeños obstáculos,
y algunas breves y leves interrupciones
que les sirven para hacer
la emoción más interesante,
el interés más intenso,
para disfrutar de retomar
el hilo de la relación sentimental.
Y al decir ella “vamos”, y también “adelante”,
aquella primera vez,
el chico se sintió como sin fuerzas,
como si las energías de pronto lo abandonaran, como conducido,
tal vez, por una fuerza ciega
y muy por encima de su capacidad.
Gaspar Jover Polo