Vencer el miedo, el miedo a que dirán, el miedo al error, el miedo al rechazo. Esa voz interna que tiene sus días, a veces nos castiga, de la nada y nos bajonea. Hay que animarse a plantearle cara, con decisión y firmeza.
Podemos alimentar nuestra mente todos los días de pensamientos positivos:
- que lindo es hacer lo que me gusta-
-que lindo está el día-
-que bien la voy a pasar-
Así los pensamientos de los miedos internos, sin darnos cuenta, se marcharán. Ahí es cuando nos encontramos en nuestro eje, en nuestro orden mental para entender que todo lo demás vamos a poder hacerlo.
Lo primero es estar bien con nosotros mismos y después que venga lo que quiera venir que nos encontará con la firme convicción de que todo se podrá hacer con la ley de la práctica hace al maestro.