Tus lágrimas caen, gotas de cristal,
cada una un eco de tu dolor profundo,
me atraviesan el alma, un puñal,
y en mi corazón se abren surco en el mundo.
Me dolió mucho, ver tu llanto caer,
como ríos de pena que el tiempo no detiene,
quisiera ser refugio, tu amparo y tu ser,
y en mis brazos guardarte, donde el miedo no viene.
Pero las lágrimas son también esperanza,
limpian las heridas, nos hacen recordar,
que después de la tormenta, la bonanza,
y tras la tristeza, la alegría volverá a brotar.
Así que llora si es necesario, sin temor,
que tus lágrimas son semillas de un futuro mejor,
y aunque me duela verte en tal congoja,
sé que cada gota, al final, será una
alegría que floja.