Podré dudar de lo que pienso,
mas no de lo que siento,
En el vaivén de la mente y del corazón,
A veces la razón se pierde en el viento,
Pero el amor permanece, fiel y sin confusión.
Podré dudar de lo que pienso,
mas no del palpitar,
Que late dentro de mí, como un eco eterno,
Es la certeza que me guía en la oscuridad,
Un faro luminoso en medio del invierno.
Podré dudar de lo que pienso,
mas no de este fervor,
Que arde en lo más profundo, como llama viva,
Es la verdad que trasciende cualquier error,
Y en su luz encuentro la razón de mi vida.
Podré dudar de lo que pienso,
mas no de este amor,
Que me llena de dicha y me hace comprender,
Que en el sentir verdadero reside el mayor valor,
Y en él encuentro la fu
erza para renacer.