Pronunciar tu nombre
es nacer y morir
en una sola palabra.
Las vocales vuelan,
las sílabas se arrastran
y una consonante ciega
abre sus ojos sin luz
para encender el alba.
Tanto amor sin tiempo
encerrado en tus letras,
que en todo me habla.
Pronunciar tu nombre
es saber que es mañana.