Quiero que sepas que ahora
aunque no está tu presencia
no dejo que esa ausencia
nuble nuestra áurea aurora.
También supe que se comenta
que tú y yo no fuimos nada
que fue una luz apagada
por una intensa tormenta.
¡Si mi gran amado distante!
Fue un tesoro cada instante
que el placer nos obsequiaba.
Y porque amor yo te daba
con tenaz pasión delirante
éramos uno al instante.