Pensabas que yo me moriría
porque te ibas; mira como gozo
de alegría, que hasta la casita
donde nos dimos amor, cómo
lucen, porque mi pequeño jardín
es tu reemplazo. Hasta cuando
pasan extraños, como echan
la mirada por sus rosas que
brotan cada día. De extrañarte,
que pena contigo, que ni de
pasada te quiero por mi jardín, ni
quiero que lo hagas porque mis
rosas saben que tú visita no hace
falta. Porque me hacen felíz
así de sencillo te lo digo yo.