Confluyen en mí caudalosas vertientes
De las eternas dudas donde tengo una única certeza:
Se de manera exacta que exactamente no se nada
Y cualquier arraigo me dispersa en las corrientes
Impasible como el siempre vivo coloquio del silencio
Hallo en los fracasos enfermas visiones de victoria;
La pena es ciencia pura del sentir el afecto
Cuando el alma vive pendiendo del mal morir que sana
A ciegas en las brillantes horas de los senderos
Tengo sordera de tanto escuchar indicaciones:
Pues huelo a las escamas pútridas de los dragones
Hinchados por la fantasía del egoísta sin anhelos
Así son los secos canales que unen mis voluminosas aguas
Frescas para la sed eterna de quien nunca busca nada;
Asi son los insondables misterios que aterrorizados vagan
Mustios en la locura cuerda de quien no les espanta.