Se encerró en su cuarto
y empezó a escribir con el alma,
llena de ternura mi niña,
fue tejiendo cada palabra
de amor para este su padre
que tanto la ama.
Como un ojo de agua
que mana desde el suelo,
le van brotando palabras
que dicen padre te quiero.
Con tu cara bonita
Alma de niña risueña
por tu amor sin medida,
Al cielo alumbras
con tu lucero.
Vienes con el sol
para calentarme cada mañana,
fundidos en un abrazo
con su inocente mirada
Me llenas de amor
Y alegrías María Alejandra.
Alex Altamirano