Una lástima, verdaderamente para pronto, se entreabre
ante los hambrientos abismos de la incertidumbre
Eya yora bajo la cáscara, y con la cara roja bastante floja
encuentra el color de la verguenza realizada tras tantas solicitudes
sufridas sobremanera. Infeliz festeja lo mas abominable,
pero no como el corro de nigromantes durante el aquelarre,
sino siempre siendo una lástima, verdaderamente, que acabe turbándose entre la mugre
Tan pronto disociaba carácteres y las intenciones inapropiadas, bucles espirales en la noche
adonde conduce el resquemor de sentir que todo mi amor fue nada inútil
Se mienten los engañosos embaucadores, y qué lástima, verdaderamente, pues desconocen
la misión del verbo, para pronto permitir la interacción de mi deseo con aqueyas yuviosas nubes