Somos de quienes nos quieren árbol
y no manzana,
de quienes en un recuerdo
el presente levanta en las mañanas.
Somos de una colina verde,
no de los sueños de un brigada;
la colina es para los pájaros,
que llevan semilla en sus alas.
La existencia no depende
de quien blande su espada,
depende de la soledad
para ser montaña,
y que cuando el río baje
se acuerde el agua
de las tres partes de tierra
que elevan su alma.
Somos de quienes lloran
con nosotros,
y no de la risa obligada;
de quienes en vez de un pañuelo
en la boca,
Un delantal que al aire habla.
Somos de quienes somos
porque somos a ellos
un levantar de la fragua.
Soy como violín en la esquina,
que mientras el café se enfría
él eleva sus palmas.
Me gusta ser gaviota,
Y que los vientos
a la ola le digan: levántate y anda.
Andrés Lakota.