En el jardín de la vida, mis tesoros brillan,
dos soles radiantes que en mi alma se avivan,
con risas juguetonas y sueños que se enfilan,
mis hijos, encantos que al universo cautivan.
Como capullos de flores, en su gracia danzante,
despiertan la primavera con cada paso vibrante,
con su mirada franca y su risa resonante,
colorean el mundo con su luz deslumbrante.
Dos ángeles traviesos, danzarines de alegría,
pintan la aurora con su risa que contagia,
en su tierna ternura, mi corazón confía,
mis hijos, melodías que al alma armonizan.
En su sonrisa hallamos la esencia más sentida,
en sus abrazos encuentro el hogar que anida,
mis hijos, estrellas que guían mi partida,
en su amor eterno, mi ser encuentra vida.
Que el viento lleve mis versos al cielo sereno,
que las estrellas sepan del amor que me lleno,
mis hijos, mi tesoro, mi más puro destino,
en sus manos descansa mi alma, mi único reino.