Bernardo Arzate Benítez

¡Oh, paz!

 

 

 

Aun en los peores momentos de la vida,

cuando el dolor comprime el corazón,

cuando la furia y el rencor no olvida,

no debe olvidarse la razón.

 

El dolor es fuego y muerte,

cuando nos lleva a donde el quiere.

Mas, si la razón es fuerte,

la paz y el amor prefiere,

 

Se necesita doblegar el propio orgullo,

para recibir las bendiciones de la calma.

para aplacar el corazón, la mente y alma,

hay que escuchar a la razón y no al murmullo.

 

En el acuerdo de la paz, está la vida,

el pan, el agua y un tibio lecho.

Que no predomine \"mi derecho\".

Sinó, ¡\"Oh, paz, se bienvenida\"!

 

 

Autor: Bernardo Arzate Benítez