jvnavarro
UNA NOCHE POCO SALADA
Esta noche ha estado enterrada
entre montañas de basura,
entre millones de sucias latas,
botellas de todas las clases,
muebles con termitas en las casas,
vomiteras que avanzan,
malos olores, cagadas.
Se veían por las aceras ratas
con señales en sus cuerpos
de violentas batallas
y salían de las alcantarillas
millones de cucarachas,
ellas en plan de batalla,
al igual que lo hacían
las legiones romanas
cuando estas ordenadamente atacaban.
Y es que las noches son para los gatos
que maúllan a las gatas,
para los perros
que dan vueltas a las manzanas,
para los lobos enamorados
que ven en la luna
la cara de una loba amada,
para el resto,
que no se menciona
en este poema para nada,
las noches son dos copas de más,
un amor que viene y se marcha
y la caricia del aire
apestando en la madrugada a meadas.
Un saber estar en la noche
es una buena retirada,
para cuando el mar aúlla,
para cuando las sirenas te llaman,
para cuando pasa un barco
y te confunde con una amarra,
para cuando alguien te pregunta
¿cariño que pasa?
y te das cuenta
de que vienen a por tu pasta.
De verdad que esta noche
que aquí destripo con saña,
no es de todas las mejores
y es que yo se que le falta,
un poco de todo, gracia,
pero es que no me da la gana
que ustedes piensen
que yo con las noches
fabrico poemas
que al llegar la mañana engañan.
Este poema es real,
tanto vale
y le he puesto tantas ganas,
que si lo cojo
por la última silaba,
de la última palabra,
de cada verso
que aquí se trata,
seguro que da para hacer con él
una sopa de letras
bien espesa
con sabor a leche de cabra.