El aprendiz bien lo sabrá
que todo será muy difícil
si quiere avanzar sin partirse.
Equivocarse sin temor
son las verdades de un comienzo
si va cuesta arriba y sin luces.
No hay que sembrar nada a las prisas
que la impaciencia nunca es buena
ni podrá ajustarse al asunto.
El principio siempre es ruidoso
pero no faltarán consejos
de buenos maestros y sabios.
Espinas, desiertos y baches
encontrará cada mañana
el aprendiz en solitario.