Quiero caminar por la vida
como lobo hambriento
como caminan mis sentimientos
por los prados, por los recovecos,
por los recuerdos de una vida
dudosa, frescura de manantial sereno.
Quiero ser compañero
del vecino del barrio donde habita
mi alma, un poco cansada, pertrecha
de un silencio adormecido imperturbable.
Una luz en el ocaso,
un arcoíris en la mañana,
un seductor acomplejado,
o mejor, un acomplejado seduciendo.
Quiero ser las piernas
de mi amada por la mañana,
un jilguero abandonado
después de poner sus huevos,
una lumbre que te caliente
cuando sientas frío,
la soledad acompañándote.
Quiero cocinar contigo, beberme tu aliento,
ser un conquistador sin destino, un amante que no ama,
un suspiro que nunca ha salido de la garganta,
Un sonido silenciado por la campana del destino.
Llévame por caminos anchos,
de felicidad, donde no exista la oscuridad,
solo luz y poesía.
Quiero ser un fantasma del tiempo
coronando valles desiertos
un estupor de la luz
una obcecación en la noche.
Quiero ser aire, susurro,
lamento, brotando de mi dicha,
mi juventud eterna.