Por la noche
Describir el insomnio desde la almohada
con una mano abierta y la otra empuñando un lápiz
que dispara grafito sobre una libreta helada
y plasmar el plasma metálico en una temblorosa hoja
de papel entre cuatro paredes y un lecho focal donde la luz
debilitada por la penumbra consume los ojos que soportan
el peso del tiempo, tiempo insobornable que gotea
intermitentemente en unos párpados pensantes.
La mirada fija en una punta que se desliza
lentamente sobre sí misma
marca el continuo desasosiego de no encontrar el sueño
que borre todos los garabatos de corazones
y margaritas de mi inconsciente.
Y por el día
Descubrí el placer de describirte en versos, toda esa mujer
que eres, que me estrecha en su perfume
calmando mi ansia de amor.
Descubrí el placer de describir tus ojos, tu mirada, tu boca,
tu aliento en mil versos embelesados.
Soy imperfecto por eso te necesito que ajustes y lubriques
mi mecanismo con tu mirada.
Sin tu luz no hubiera podido atravesar la oscuridad del insomnio.
Presentí que volvería ese silencio a torturarme,
sabiendo que mi tortura es puro masoquismo,
el dolor en el amor le hace a uno más fuerte.
¿Cómo horadar ese muro de silencio?
Siempre te seguirán mi ojos persiguiendo esa lágrima
que recorre los senderos de la vida con la luz de tus ojos
con el humo de tu aliento, con la dulzura de tu mirada,
tal vez lleguemos a tiempo para recibir la concha nacarada.