Ella mira en el cristal su cuerpo entero
la edad la ensombrece: empero
su espíritu joven y resoluto
detalla a palmo sus atributos.
Su sexualidad es como una prosa
no está sujeta a las estrictas reglas,
su amor propio impone las reglas
y con un bonito affaire es dichosa.
Siente que, el placer sexual ahonda
en su cuerpo ardiente y el alma exhala,
con satisfacción los olores inhala
y el elixir se propaga como una sonda.
Ella se siente como hoja en riachuelo,
y en el momento de la despedida
la felicidad con alas alza vuelo.
Con un abrazo él la tiene asida
ella siente que, su espíritu está chicuelo
y esa vivencia en su corazón la anida.