Había tenido miedo a la oscuridad
a lo desconocido para mí.
Pero justo cuando te conocí
no vi en ti la maldad.
Me dejé llevar por mi sentir,
confundí la felicidad.
Sin saber que en soledad,
mis días tendrían que transcurrir.
Ahora conozco lo que es amar,
lo que es entregarse por completo.
Alimentar un sentimiento
que te termina por atar.
Te ata a un ser
que bien puede ir y venir,
que no le importa mentir,
que todo cree merecer.
A plena luz del día,
en tinieblas me dejaste.
Mis emociones destrozaste.
Fracturaste mi alegría.
Yo solía sonreír.
Sin ti vivía feliz.
Mi cielo nunca fue gris.
Hasta que te conocí.