En esta noche estrellada y serena,
donde el susurro del viento es compañero,
debo confesarte, sin tapujos ni pena,
que tu presencia es un tesoro verdadero.
Hoy que por fin me he perdido en tu mirada,
entre destellos de luz y misterio,
debo ser sincero, no hay más posada,
que en tu alma hallé mi refugio sincero.
Ha sido más que un placer, sin duda alguna,
trazar juntos este sendero de sueños,
después de tan larga espera, la fortuna,
nos ha regalado este lazo eterno.
¡El encontrarte! exclamo con gratitud,
como un navegante halla su estrella guía,
en tu risa encuentro mi plenitud,
en tu amor, mi morada y mi poesía.
En este instante, te lo digo sincero,
bajo el manto de estrellas que nos cubre,
encontrarte ha sido mi más dulce anhelo,
y contigo, cada sueño se descubre.