Te encontré una primavera
cargando una luz
Y mientras ambas se fundian como damasco
provocaban una tempestad de colores
generando en mí,
con una suavidad infinita
Un calor incomprensible.
las estrellas caían por tu cuerpo
y me sentí aquel sol bebiendo de tu sonrisa, respirando tus caricias,
sentí el calor de casa, era todo tan ameno.
Y aunque todo pasa y se olvida,
el deseo de repetir ese baile durará toda la vida.