Cobijados
El azabache de tu longa y ondulada melena
es el broche que traiciona
la oquedad de tu sonrojo
descubriendo ese amor que procesas
con el brillo de tus ojos.
Al besar tus labios, huelo en tu cabello
acentuado, aroma de jazmín
y me embargan bucólicas reminiscencias
de una tierra, nunca olvidada por mí..
En la intimidad de tu aposento,
magnificado por el brillo de tu alma,
me dejas entrar con sereno gesto.
Tu innato recelo,
me rebosa de humildad ferviente.
Canjeamos cuerpo por cuerpo,
al dejar nuestros templos expuestos,
a ese brillo del azul celeste
que cruje como tiesto
ante tu divinidad fulgente.
Respira mi amor, y respira profundo,
el dulce aire delirante de nuestros crecientes
campos eróticos en cuyos valles y colinas,
nuestra piel felina nunca miente,
que allí se cimbra tersa y cadente,
con sones exóticos de amor enfebrecidos.
El filoso y reluciente cuchillo
que esgrime nuestro ferviente amor,
parte con lujuria encelada,
tu roja manzana, ¡mi tierno fruto!
Y así yacemos tendidos bajo la sombra,
en perenne temblor, de corazones agitados
bajo el mítico y aromático manzano
que crece a la sombra de tu foresta de grana.
Y cuando las nubes de la muerte,
empiecen a opacar en invierno
el vital brillo primaveral
de nuestro sol, y nuestra luna
todas las huestes del cielo
nos verán esquivar el ciego infierno,
y la purificación divina del supremo crisol.
Tommy Duque
Aug 4 2020
Riverview, Michigan.
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