Ella me quiere para sí,
mas siempre dice no.
Después, cuando se duerme
cansada de luchar,
sueña que el mundo
se detiene a su lado
y ella abre sus piernas,
abre sus piernas
y ya quisiera ser,
totalmente, del mundo
y ya quisiera
que el mundo se haga carne
y el mundo, ensombrecido,
sueño o prisión, desaparece
y ese pozo sin luz,
ese vacío es,
justamente,
lo que la mujer ama.
(Del libro el Hombre y Yo, Ed. Grupo Cero).