Aunque yo no soy poeta,
Ni entiendo de versacion,
Pongo en esto el corazón,
Para que que rime mí letra,
Y así de la A hasta la Zeta,
Hablarte del Salvador,
Que se entregó por Amor,
En aquella Cruz siniestra,
La cual se la puso a cuesta,
Para darnos salvación,
Llevó así la maldición,
Que había en mí alma herida,
Para llenarla de vida,
De gracia y de bendición.
Y en esta composición,
Quiero darte testimonio,
Pues Jesús venció el demonio,
Que nos causaba opresión,
Y así limpio el corazón,
Del odio y el reconcomio,
De Alemarcano