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No importa el eje en que tus dulces besos
se ubiquen en el plano cartesiano
de mi cuerpo, que sueña que tu mano
recorre cada punto donde inicia
el mapa del amor. Si tu caricia
es la vertiente de todos mis excesos.
Solo me importa que te siento mío;
que, dueña de tu frente y de tu boca,
sueño despierta mientras mi alma evoca
nuestros delirios de pasión prohibida.
Mientras tus besos son caudal del río
que inunda mis entrañas. ¡Solo ansío
que te pueda besar toda la vida!