De tanto leer y releer
Los manuscritos del Mar Muerto
En amontonadas librerías
En las calles sucias de la existencia
Los manuscritos del Mar Muerto
En amontonadas librerías
En las calles sucias de la existencia
Anduve por mil años
Sorteándome la suerte
Más tiempo de rodillas
Que atizando la estufa
Salté puentes y muelles
Me adentre en las cornisas
De críticos, e incrédulos
Repartí mi botija
Ha cuando desarmado
Cruzó por mis apéndices
Di la mano
Los pies
Y hasta mi lecho
Por unas cuantas patadas
Y mentiras
Desande la culebra, la hojarasca
Los nidos de los truhanes
Los aleros de cada sobresalto
Y no encontré la sonrisa del lobo
Ni el canto del chacal
Tampoco la buena fe de la muchedumbre
Agrupada en los suburbios como hormigas
Tal vez por eso los males me atropellan
Son como siete plagas
Tal vez, noventa plagas
Me sacaron un ojo
Me sacaron la lengua
Me sacaron el alma
Arrastro la cobija noche a noche
Leo salmos
Le predico a los ruidos
Me miro en el espejo
Busco la resurrección a tanto miedo
Estropeo la almohada
Me drogo la conciencia
Lanzo aullidos feroces
Contra mi desventura
Tan solo el silencio fiero
Me ofrece la respuesta
Me drogo la conciencia
Lanzo aullidos feroces
Contra mi desventura
Tan solo el silencio fiero
Me ofrece la respuesta
Y allí yace mi cuerpo desgastado
Pecaminoso
Hirviente
En espera
Mientras el tiempo pasa
Y mi fe no regresa