Con arte y mucha paciencia
natura sembró la rosa
como la flor más preciosa
de amor y reminiscencia,
usó su plena consciencia
le impregnó rica fragancia
dejando de Dios constancia,
la dotó de partes finas,
le puso tersas espinas
protegiendo su elegancia.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 11 de abril del 2024
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