Un observador,
es un pintor crepuscular,
infatigable e incansable buscador de la verdad ,
es un mendigo del tiempo ,
insaciable y hambriento de un eco de brevedad ,
es la razón latente del no ser,
inhalando su mismo aire y bebiendo su propia sed.
Pero, cuando esta a un paso de extinguirse la luz...
Pinta!
pinta con trazos de memoria al desnudo,
pinta con voces olvidadas de otros mundos,
pinta con el anhelo ferviente ,de casi pertenecer
y con el sonido orgulloso de las violetas al florecer.
Pinta con su lengua de hueso ,los latidos del mar
y la voz de los truenos, con la ferrosa prosa de su ser animal.
Pinta el canto de la montaña, sobre un blanco lienzo infiel
y las pisadas de la noche, con el trémulo ritmo de su piel.
Pinta un cuadro que jamás envejece,
y un árbol centenario que nunca morirá.
Pinta en el corazón de tierra ,las raíces retorcidas de la soledad.
Pinta el cause semi-vacío de un sedentario rio invernal
y con el temor acorralado en las venas ,pinta los limites de la verdad.
Pinta una lluvia etérea, de ilusiones y ofrendas blancas
y el bello contorno sin rostro de una silueta sin nombre.
Pinta una insondable canción de viento, que roe la forma
y el humedecido perfil ,de la piedra insomne.
Un observador,
es un pintor crepuscular,
que se nutre de sosiego existencial
y con un indómito resto de honestidad.... Pinta!
pinta la sincera libertad de algunos amantes perpetuos
y el llanto silente de unas manos, que se abrazan sin gemir.
Pinta un espejismo errante en los confines de una quimera
y el manso beso narcótico , de la amapola a medio latir.
Pinta el ocaso de su próxima muerte, migrando serena hacia el oeste.
Pinta y agoniza sin remordimiento, encadenado a su horizonte carmesí .
Cynthia Busca.