Es Aquel, el Murmullo Sutil de tu Voz.
El Suspiro Tenue que Canta,
el Sonido en Ecos de tus Ojos.
Mieles Enredadas en tus Pupilas
que Ahora entre Cielos, Ya no Callan.
Es el Silencio Antiguo de la Noche
y de los Amaneceres Mudos
que Invocan tu Ausencia.
Quizás, el Alma que Sos y Fuiste
como Benigno Fantasma
me Visite por las Nublosas Madrugadas
o entre Anocheceres Sin Noches.
Mi Corazón Mutilado
por fin Habla
de Aquel Amor Jamás Olvidado,
entre Albas sin Noches y
Noches sin Albas.
Aparecés de Pronto, sin Latidos de Puertas
y entre Bendiciones que Nunca se Alejan.
Recuerdos, Rocíos de Gotas de Sudores Salados,
El Ardor de tu Cuerpo y el Mío
Unidos en el Más Puro Amor
por Siempre Perdido.
Amaneceres y Noches,
Sin Vos y Contigo.
Ay! Y esa, la Mentira siempre Ausente!
Ay! Esa Impura Necedad del Pasado
Hizo que te Pierda, Amor, dulce Estío.
Ay! el Maduro Damasco Dulce
de tu Boca...
Será cuando sea la Hora Anhelada
que entre Jaranas y Quenas
que en la Más Rota Melodía,
Alce el Telón
de la Herida Entumecida
Y el Alarido que No Espanta
la Alondra
que en Vuelos Fuiste y que se
Hizo Nido y Cuna
en mis Entrañas...
(Patricia)