El Elevador de la Muerte
¡Oh, insistente corazón!,
sin dar más razón,
me pierdo en el elevador de la muerte,
¡subir y bajar, bajar y subir!,
no me queda otra cosa,
que revivir el instante,
en que me pierdo por atormentada,
¡subir y bajar, bajar y subir!,
son veinte pisos,
en los que me pierdo por atado,
a un elevador de la muerte,
¡¿qué trágico instante?!,
cuando entre dos pisos queda,
y sin celular me muero yo,
y el botón de emergencia sin funcionar,
¡oh, elevador de la muerte!,
¿por qué me muero del susto?,
si quedo entre dos pisos,
y en silencios se ahoga mi mundo,
y casi por claustrofobia me asfixio,
cuando me encuentro sin hallar auxilio…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
EMYZAG