El dilema del tiempo se desata…apremiante,
en franca huida se dilata.
Empieza un torbellino de sucesos a marcar la retirada.
Arrancan en desbandada los suspiros…escoltados de lágrimas.
Intervalos de lamentos con silencios estáticos,
y disimulados gemidos…
graban la desaceleración de los latidos.
El caos se vuelca,
me inunda de desesperanza,
y el optimismo que sentía, intermitente…se disipa definitivamente.
Otrora todo era lumbre,
habitaba en una claridad perpetua…
que se parecía a un vergel de aciertos,
donde las sombras hacían contraste…para matizar la escena.
El tiempo cambia de semblante,
agota los tonos brillantes y los manchan de mate,
surgen las tinieblas con persistencia insistente…
y se apoderan de los momentos excitantes…
tiñendo mi mundo de absurdo.
Se contagia la rutina de oscuros instantes…
y eclipsan de lívido el futuro.
La soledad abraza…y duplica la melancolía que siento.
Mi subsistencia no se acostumbra a lidiar con esta adversa experiencia.
He de creer entonces, que los milagros existan,
y he de esperar entonces…que me sorprendan repentinamente.
y que esto se manifieste y suceda súbitamente.