Como hojas en otoño, caen los años sobre la piel,
dejan sus huellas, como tatuajes del ayer.
Los pies ágiles, si ayer, corrían sin parar,
hoy caminan despacio, inseguros, sin pensar.
Las manos que, si ayer, fueron fuertes
ahora dudan, ahora pueden temblar.
Ojos cansados, mirada sin asegurar,
voces que antaño sonaban claras, ahora confundo
repetición más repetición por tres, y ya entiendo.