El Alma
Escuchando el tañer de los cristales,
del alma, carillones en el viento,
colados a través de ventanales,
irrumpen, el estío, suave y lento.
En bóvedas sonoras, lado a lado,
respingan, como bolas de pimpón.
El eco griseado, ha decorado,
en sucia pesadilla un vil ratón.
El alma, que por huir del escenario,
socava en su delirio, un dulce instante.
El arlequín, bufón, y el relicario,
traen mofa en el tálamo vacante.
¡Calma, alma! Clama el alma, mas no hay calma.
¡Trozos del cristal, barre aquella palma!
Ricky Arbenz
5 De Enero 2021
Chicago