En la penumbra del alma, un lamento susurra,
sus notas tristes llenan el espacio vacío,
como un río de dolor que sin tregua murmura,
en el silencio de la noche, su eco sombrío.
Un lamento que brota del abismo más profundo,
donde se ahogan los sueños y se desvanecen las luces,
como un ave herida en su vuelo hacia lo rotundo,
busca en el cielo estrellado un atisbo de cruces.
Cada gemido es un eco de un pasado olvidado,
cada suspiro, un recuerdo que se desangra,
en la oscuridad del corazón, un eco atrapado,
que clama por redención mientras la esperanza se estrangula.
Oh, lamento amargo que desgarra el alma herida,
tu doloroso canto resuena en la eternidad,
pero en la melodía de la vida, aún hay vida,
y en la penumbra del lamento, florece la verdad.