Es difícil encontrar el verbo, quizás
porque al principio era el Verbo y el verbo era Dios.
Pero lo busco para definir lo que me regala un beso vuestro.
Sólo un beso, nuevo y pleno cada vez.
Hay besos que ya no recibo, pero recibiré.
Y ahora le pido al Verbo que me aclare porqué
todo me parece inane al lado de esos
besos de mar que me traéis.
No merezco mucho pero lo tengo.
Y sé que sois un regalo del Verbo. De Dios.
Os amo.