Cristian Tisselli
Enfermedad inicial
No me gusta escribir, ni la poesía, ni la música, solo me toca.
Embriagado por la hiel del vientre materno,
por los abandonos posteriores.
Destinado a la alquimia, a la transmutación de lo intangible.
Te preguntas: ¿Cuánto pesa la libertad, el ser disidente, ser solo?
Me abandoné a mí mismo a la voluntad de vida
y, a menudo, a la voluptuosidad.
El arte empieza como un remedio para una enfermedad.
La enfermedad inicial crece en la medida que uno se vuelve más sensible:
mayor el conocimiento, mayor el dolor.
Lo que ayer fue una mochila; mañana es el mundo.
Luego, el Universo: materia oscura, fértil.
Entonces: ¿Cómo crear el Cosmos?
Hasta ahora he tenido éxito: he fracasado.