El perro busca consuelo,
no muerde, necesita
compañía, agoniza
en la callejuela.
En Hombre busca alivio
en la sombra. Se arrastra
sin moverse del epicentro.
El mundo estático
conmigo, contigo
desenfoca.
Calambre hacia dentro,
hacia el plexo, acusan
a la ermitaña de levantar nubes,
de esconderse en la niebla
tras un mes de aguaceros.
Perro y mujer apenados
de ser vistos, vulnerables.
Aullidos, lobos retroactivos
devoran al débil.
Queda el huerto,
la flor naranja de calabaza
en el yerbazal.
Al abandonado rastrillo
descienden hojas.
El columpio sin silla
se estampa en el pasado,
a la sombra de frases,
algunas líneas triadas
del otoño.
del poemario Nubiola, en venta en Amazon, Editions Hoy no he visto el Paraíso.