SENSACIÓN DE ETERNIDAD
Estás en esa silla vacía
sin ser silueta ni verdad;
estás ahí con la intensidad
de mi evocación,
como la suave presencia
de un sueño en otro sueño;
estás ahí
milagrosamente hermosa
desafiando mis fuerzas
en una etérea diafanidad,
como una diosa;
estás ahí,
y me figuro que estás en otra parte,
como el suave aleteo
de un ensueño
de cristales,
tras una fuga de suspiros;
estás ahí
en la desmayada caricia
de la brisa
como la imprecisa
salutación del olvido;
si despiertas de ese encanto
de geranios
quizás se derrumbe el mundo
y se despierte el cielo
a contemplar
esa exhalación
de perturbadas hadas,
esa fulguración
de ensortijadas gemas;
tras los velos
del misterio
te contemplo
en un despojo
de perfumados astros
y un salmo
de encantadas lejanías.
ALONSO QUINTÍN