Tiempos entre Vidrios Esmerilados
en el sin Nombre,
de Faquires entre Agujas Hirientes
Fueron los Sentires,
que Hirieron al Ángel,
Ese, que Descubrió
al Ladrón de Almas
que de tanto Pensar y Pensar
No Supo su Corazón Latir.
El Viento Filoso
Embriagado de Dioses
Le Cortó la Cara, las Manos
Y los Versos sin Nombre
que en la más Oscura Noche
Tiemblan Aún,
en la Sola Soledad
de la Gente Oculta
que Ignora el Sabor de la Vida,
que No Sabe Sentir.
Se Olvidan del Hombre
Se Olvidan de Dios
Y se Desarma el Alma
en Sangres Mareadas
de Solo Olvido
y Solo Sentir.
Heridas Ajenas,
Heridas de Infancia
del Hombre que
Atado a un Sombrío Vértigo
en el Último y Fatal
Suspiro,
Sabe que
No Supo Vivir...
(Charly García y Patricia)