Tu cara de niña buena
ligada a tu sonrisa pura
rompieron mis viejas murallas
desgastadas y olvidadas.
Trajiste un aire de esperanza
con un aura de inocencia.
Sembrando nuestro futuro
de amor y pasión que capturo
en mi alma vacía.
Has traído armonía
a mi mente desordenada.
Nunca olvidaré aquella mirada
que iba más allá de lo superficial,
encontrando lo especial
de este pobre castellano
del cual hallaste su tesoro
que estaba bien escondido
y oculto muy adentro.
La niña que me conforta
y me transporta
hasta un nuevo mundo
bello y desconocido
donde quiero sentir tus labios
como el agua de lluvia los campos.
Quiero coger tu mano
y que me lleves al infinito.
Doy mil gracias al destino
por ponernos en el mismo camino.