Podríamos quedarnos un minuto, o tal vez para siempre, bajo el manto de las estrellas, donde el tiempo se detiene y no hay prisa.
Podríamos perdernos en el susurro del viento, y en el brillo suave de la luna llena, dejando que nuestros corazones hablen en silencio, mientras el universo nos contempla con ternura serena.
Podríamos compartir un instante de eternidad, donde cada segundo se convierte en un tesoro, y cada mirada es una promesa de felicidad, en este paraíso que hemos creado entre los dos.
Podríamos quedarnos un minuto, o tal vez para siempre, abrazados bajo el cielo infinito, donde el amor florece en cada latido sincero.
Así que permíteme quedarme a tu lado, por un instante o toda una vida, porque contigo el tiempo se vuelve un regalo, y cada momento es una bendición compartida.