Tomás Osorio del Río

Maniquí

En su elegancia me perdí

por su carisma me detuve

soportaron mi desliz

las emociones que contuve.

 

Me perdí

en los colores de su ausente gris.

Me sometí

a la supina risa, maniquí.

 

Impaciente permanezco

por la risa de su afecto

sin defectos

 

Impaciente permanezco

por su aura si me ofrezco,

si perezco.

 

¿Quién eres Maniquí?

¿Qué quieres tú de mí?

¿A qué espanto atribuye

ese aura su rugir?

 

¿Quién eres Maniquí?

¿Por qué miras el cristal?

¿Cuál es tu actuar?

¿Qué es lo triste que hay en ti?

 

Y el silencio es la respuesta

que en su máscara dispuesta

manifiesta para mí,

deshonesta risa impuesta

tan funesta en maniquí.