Vivo a medio camino
entre la playa y la ría.
Soy un hombre que no sabe elegir:
A veces me seduce la ola, otras...
otras el barco varado de peces.
Dejarme llevar tampoco
me convierte en lo que soy,
porque ya fui y dejé de ser
una tarde de espaldas.
En la -Esperanza- mi pulcra mirada
duró un segundo como duró
la otra pulcra mirada,
por una gaviota que quería volar
con su pico feroz y no volaba.
La luz no hace daño,
lo hacen las gafas,
que solo ve nubarrones
de aguas estancadas
y orgasmo en las espaldas.
No hay culpa en la ría,
no hay en la playa...
ni tampoco en el puente de Londres,
lo hay en el camino
que otros caminos no andan.
Temo no ser el hombre
antes de la espalda,
entre la ría, entre la playa...
porque ese sí fui yo
y nuestras ganas.
Andy Lakota