Acabo de llegar del trabajo y mi
amada no estaba en casa. Siempre
me lo decían, su mujer cuando se
va a sus labores, sale por las noches
y llega de madrugada borracha.
Yo me enojaba con ellos, hasta
no creía; hoy comprobé porque
llegué tres de la madrugada, cerré
la casa y dejé puesto seguro, para
comprobar a qué hora llegaba.
Era cierto lo que me contaba, llegó a la
seis, solo pude hacer cojer su ropa
y se la puse en la puerta, y que
buscara sus amigos de copa, que se
marchará sin enojos. Hoy estoy felíz
porque no tengo complicaciones
con nadie, era cierto lo que
me comentaban, hasta mis amistades
gozo con ellos sanamente, y comparto
de lo que traigo sin amargarme la vida,
así de fácil.