Cuánto silencio, te adoro,
el no hablar de vanidades,
el adorar las verdades
como valioso tesoro;
vivir siempre con decoro,
respetando las edades,
evitando necedades
y el hablar de lo que ignoro;
recordando cada paso,
cada pasada caída,
y procurando el perdón;
depurando mi vaso
sea de noche o de día
sobre todo el corazón...