Al despertar, te pienso,
te pienso por las mañanas
y durante el día, te pienso.
Te pienso al atardecer
y al llegar la noche,
te amo y te pienso.
Mojándote de besos,
llenándome de tí,
hasta perder el aliento.
Y asi, cada día, cada despertar,
y mientras más te pienso,
más te amo y te quiero.
Cómo un rosario sin fin,
como en un altar en fuego
en una copa llena de mar y de cielo.
Al despertar te pienso
y en mis sueños te siento.