Gracias por haberme concebido,
bella dama primaveral
en mi jardín de idilios
fuiste erguida flor tropical.
Gracias por la amistad
que nació entre los dos
al son de odas y épicas
en el edén del amor.
Gracias por la gesta gloriosa
librada en campos áridos
que de tanta constancia
se convirtió en milagro.
Gracias por enaltecer
el sagrado vínculo
en cada amanecer
pleno de luz y crepúsculos.
Gracias por el afecto
que juntos compartimos,
que dio paz al blasón,
al que, corazón le pusimos.
Gracias por las estaciones,
primavera, otoño, lluvia y estivales,
Indelebles huellas y paisajes
que hoy son inolvidables.