Silencio de la noche, doloroso silencio.
En esta noche larga y fría.
Perdida entre mis pensamientos y mis locuras,
Anhelo poder verte.
Me siento a escribir, y en lo primero que pienso
Es en tu recuerdo.
Es así, porque tu amor se ha alejado de mí,
Se ha marchado hacia otro jardín.
Porque ya no soy la dueña de tu corazón,
Ya no soy tu querido amor.
Sin embargo, mi corazón no te quiere dejar ir,
Mi alma ha quedado adherida a ti.
Mi corazón se ha conformado
A la sola imagen de tu cuerpo, a tu simple recuerdo.
Porque es tu ausencia la que día a día
Permanece justo aquí.
Es precisamente tu ausencia,
La que me lleva a la evocación,
La que embelesa todo mi sentir,
La que me hacer sufrir.
Es tu ausencia,
La que me hace ver una vez más,
Que tu amor, ya no es para mí.
Porque ya no soy, la dueña de tus besos,
La locura de tus días.
Ya no soy, la que hace vibrar tu cuerpo,
De ternura y pasión.
Ya no soy, la que te hace suspirar,
La que en cada amanecer, despierta a tu lado,
Envuelta entre tus brazos.
Porque ya no soy, la que te desvela en las noches,
La felicidad de tus días.
Ya no soy y jamás volveré a ser,
Tu amor,
Tu todo,
Tu razón de ser.
Pero mi corazón, es testarudo, llevado en su parecer,
No quiere olvidarte, te quiere siempre en el.
Así que, se deleita, se sustenta,
Se castiga una y otra vez,
Con la imagen de tu cuerpo,
Con el simple aroma de tu piel,
Con el deseo de volver a tener, la dulzura de tu amor,
Que aún pervive en mí ser.
Mi corazón, se abraza a la simple ilusión,
De fundir mi alma con la tuya, convertirnos en uno solo otra vez.
Y aunque no estés a mi lado nunca más.
Y a pesar de todo el dolor que estoy sintiendo.
Y aunque no tenga más razones para existir.
Y aunque tu amor ya no sea para mí.
Y aunque el aire me asfixie y no sienta mi corazón latir.
Mi amor siempre será para ti.
Te amé, Te amo,
Y siempre te amaré.