Si yo dijera que si
a la estampida de tardes de lujos y miserias,
de sonrisas decadentes y de lunas misteriosas;
seguro sorprendería con eso a mucha gente.
Si yo dijera que si
a mi suerte invicta y me dejara tallar en el fondo
de tu deseo rectangular, maltrecho y estrafalario;
yo te espantaría con la inocencia de estos versos.
Si yo dijera que si
a estas ansias de escapar en versos desde mi boca,
te llevaría en mi bicicleta hasta la nube más azul, saltando
por los tramos de la vida en letras y de sus contrastes.
Si yo dijera que si
a tu oferta de rescatar para mi, tus pechos redondos, blancos
y tensos desde tu cuerpo rebosante y ya ardido, me quedaría
para siempre en tu puerto, bajo el estruendo de una derrota.
Si yo dijera que si
al trazo insistente de viajar a través de tus locas franjas,
sin el olvido en la memoria; seguro ya andaría por tu playa
bajo el brillo de un sol color naranja.
Si yo dijera que si
a la tierna calamidad de tener que compartir mis barajitas
de béisbol y la fragilidad de unos sueños; me encontrarían
sentado junto a ti, comiendo mangos frente al mar...